21 de septiembre de 2009

DIA INTERNACIONAL DE LA PAZ

DIA INTERNACIONAL DE LA PAZ
Cada 21 de septiembre se celebra el día internacional de la paz, instaurado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Así fue decidido el 7 de septiembre de 1981 luego declarar la necesidad de observar un día internacional de la paz para fortalecer los ideales en cada nación y entre todas ellas; asimismo, su implementación ha sido reafirmada por este organismo en el año 2002. La fecha responde al inicio del periodo ordinario de sesiones de la ONU.
El día internacional de la paz es una exhortación a todos los dirigentes del mundo a dejar de lado sus ambiciones personales y unilateralistas y negociar los disensos en un ámbito de buena fe y disposición. Es obvio que el día internacional de la paz no pretende, absurdamente, ignorar las diferencias culturales, ideológicas, religiosas o de otra índole, sino que anhela que existan vínculos esenciales entre los pueblos y entre las personas que primen por sobre esa diversidad.


En el Nuevo Testamento, Jesús entra en Jerusalén montado en in burro y de este modo se manifiesta a la multitud como príncipe de la paz. Ante Pilato afirma solemnemente que su reino no es de este mundo. Cristo es nuestra paz y, por él, somos reconciliados con Dios Padre. Él nos exige amarnos los unos a otros como Él y el Padre nos aman, para que nos reconciliemos con nuestros hermanos.

Hoy podemos estar tentados de edificar nuestra propia seguridad sobre la opresión de los demás y la carrera de armamentos. Es la búsqueda ficticia de una paz totalmente opuesta a la voluntad de Dios. Debemos construir la paz buscando la reconciliación de los unos con los otros y de promover la comprensión y la justicia. No debemos buscar la venganza sino dejar el último juicio a Dios.

Si nosotros queremos llamar a esta paz a nivel internacional, este deseo debe reflejarse ante todo en la vida de nuestras Iglesias. Los cristianos deben procurar comprenderse los unos a los otros, y trabajar y orar por la unidad de la Iglesia. Esta paz y esta unidad son obra del Espíritu Santo en nosotros.

El Señor Jesús nos dice en el evangelio según San Juan «Les dejo la paz, les doy mi paz. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo» (Jn 14,27).

Las divisiones existentes entre cristianos contradicen la oración de Jesús por la unidad, y la invitación de Pablo a vivir en paz entre nosotros. Más allá de nuestras diferencias doctrinales, los cristianos deberíamos estar de acuerdo y liderar el camino de la humanidad hacia la paz, el respeto de la vida y los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y la corrupción, la defensa del medio ambiente, etc.

Equipo Diocesano de Justicia y Paz
DIÓCESIS DE CHULUCANAS

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