COMUNICANDO VIDA
Cuando escuchamos hablar de ética nos imaginamos una ciencia social y en realidad ética tiene que ver con los actos que dependen de nosotros y que supone la convivencia y los modelos de la vida buena. Ello significa que la ética la aprendemos de nuestro entorno cultural, costumbres y formas de vida de nuestra familia y sociedad.
La relación entre ética y comunicación está planteada en términos de veracidad, libertad y justicia, es por ello que los medios de comunicación social que están llamados a servir a la dignidad humana, ayudando a la gente a vivir bien y a actuar como personas en comunidad. Los medios de comunicación realizan esa misión impulsando a los hombres y mujeres a ser conscientes de su dignidad, a comprender los pensamientos y sentimientos de los demás, a cultivar un sentido de responsabilidad mutua, y a crecer en la libertad personal, en el respeto a la libertad de los demás y en la capacidad de diálogo.
En el Documento de Aparecida, 489 dice que los medios de comunicación no sustituyen las relaciones personales ni la vida comunitaria local, ello se complementa con otra cita donde dice que se debe educar la formación crítica en el uso de los medios de comunicación a quienes hagan uso de los mismos. Por ello, la Iglesia está preocupada por el uso que se está haciendo de los medios de comunicación, siendo estos importantes instrumentos de educación en diferentes ámbitos y en muchas etapas de la vida. Aquí, es necesario conocer normas y principios morales que incitan a llevarlos a la práctica en este mundo difícil en el que vivimos. Difícil por la violencia, problemas sociales, conflictos que se deslindan de la Iglesia comunión a la que queremos llegar.
Por ello, diremos que uno de los principios que deben poner en práctica los comunicadores de estos tiempos es decir siempre la verdad, puesto que la verdad es esencial a la libertad individual y a la comunión auténtica entre las personas donde se analicen los contenidos a difundir y éstos sean de interés público, no dejando de lado la búsqueda del bien común.
Es necesario resaltar que la persona humana y la comunidad humana son el fin y la medida del uso de los medios de comunicación social; la comunicación debería realizarse de personas a personas, con vistas al desarrollo integral de las mismas. Ello porque las personas tienen una dignidad y una importancia irreducibles, y jamás pueden dejarse de lado.
Los comunicadores y los responsables de la comunicación deben servir a las necesidades y a los intereses reales, tanto de las personas como de la sociedad. Ello implica respetar la libertad de expresión y de prensa sin dejar que se convierte en un libertinaje y atentar contra los derechos de otra persona que tiene dignidad tanto como yo.
“La Iglesia, al tratar de fomentar y apoyar elevados modelos éticos en el uso de los medios de comunicación social, busca el diálogo y la colaboración con los demás: con los funcionarios públicos, que tienen el deber particular de proteger y promover el bien común de la comunidad política; con los hombres y mujeres del mundo de la cultura y las artes; con estudiosos y profesores comprometidos en la formación de los comunicadores y los oyentes futuros; con los miembros de las demás Iglesias y grupos religiosos que comparten su deseo de que los medios de comunicación se usen para la gloria de Dios y el servicio al género humano” (cf. Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales)
Ilse López Flores
Comunicadora Social
Publicado en el Boletín "Comunicando Vida"- Diciembre 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario